Soy una mujer de fe cristiana que aprendió desde muy pequeña el valor del amor y la unidad en la familia, que asume con compromiso y responsabilidad cualquier reto, que sabe que ante la adversidad, si hay fortaleza y decisión, todo se puede superar, soy luchadora y trabajadora porque en mis recuerdos y hasta hoy, hay una madre que me enseñó a serlo siempre; y que, al final, anhela que quienes la amaron se sientan orgullosos al recordarla.

Amar, cuidar y proteger a mis hijas. Esforzarme por lograr darles las mejores oportunidades de surgir y ser felices. Amar y cuidar a mi madre, procurando que tenga una vida tranquila.
Proporcionar a mis alumnos las condiciones espirituales, socioemocionales y cognitivas en un ambiente ideal para formarse como seres seguros, con valores, independientes y proactivos.
Servir en mi iglesia a Dios y a los demás con los talentos que, por gracia, me entregó.

En el corto plazo lograr culminar el programa de Autoevaluación, Gestión y Mejora continua de la calidad en mi Centro Educativo, aplicarlo y compartirlo con mis compañeras de mi Institución.
En el mediano plazo continuar trabajando para ver a mis hijas estudiar en la universidad y poder cubrir sus necesidades; continuar estudiando y aprendiendo para preparar luego a otras docentes siguiendo la filosofía Montessori.
En el largo plazo, ver a mis hijas adultas, felices y seguras para enfrentar sus propios retos, tener mi casa propia, contar con un negocio independiente (familiar o personal) que me permita una tranquilidad económica. Al final, sentir que he cumplido, que mi vida fue de bendición con quienes la compartí